domingo, 16 de diciembre de 2012

Nunca había deseado tanto estar de vuelta

Nunca había deseado tanto estar de vuelta. Tomasa estaba muy cansada después de su largo viaje de vuelta desde el Sur del Sahara, donde llevaba pasando el invierno desde que era una cría.

Desde hacía unos años, algunas de sus compañeras cigüeñas habían decidido pasar los inviernos en España. Las temperaturas ya no eran tan bajas como antes, se habían acostumbrado a comer un poco de todo y así se ahorraban el duro viaje de ida y vuelta, que cada año se hacía un poco más pesado. Pero Tomasa era una cigüeña a la que le gustaba mantener las tradiciones, y se negaba a adaptarse a las costumbres modernas.

Aquel año, Tomasa les traía a sus amigas muchas historias de su viaje. Se había hecho amiga de otras cigüeñas que vivían en otros pueblos muy distintos al suyo, y le habían contado miles de historias fascinantes que estaba deseando compartir con sus vecinas.

Pero aquel día, Tomasa no logró encontrar ninguno de los nidos de sus amigas en su pueblo de siempre, Villalegre. Buscó en el campanario de la iglesia del pueblo, en los postes de teléfono, en las chimeneas de la fábrica abandonada y hasta en las torres del tendido eléctrico de la nueva carretera, pero no quedaba ni rastro de sus compañeras. Su marido Ginés intentó tranquilizarla:

- Ya verás como sólo se han mudado al pueblo de al lado. Preguntaremos en la granja, que allí se enteran de todo - le dijo.

Le preguntaron a Curro el burro, a Paca la vaca y a Casimira la gallina, pero lo único que pudieron decirles es que un día se levantaron y los nidos ya no estaban. Alguien había decidido que no quedaban bonitos en los tejados y simplemente los habían retirado de allí, pero nadie sabía dónde los habían llevado.

Tomasa y Ginés buscaron en los campos y en los pueblos vecinos, pero nunca lograron encontrar a sus amigas. Finalmente decidieron quedarse en la torre de un pueblo cercano, junto al nido de una de sus últimas compañeras de viaje, que muy amablemente se había ofrecido a ayudarles con la construcción de su nueva casa. Poco a poco se hicieron un nido nuevo, mullidito y acogedor, para acoger a las crías que en unos meses tendrían que alimentar.

Mientras, Tomasa y Ginés siguieron trabajando velando por el bienestar de las embarazadas y los recién nacidos de su nuevo pueblo. Muchos creen que las cigüeñas traen los niños de París, pero esto no es cierto. Lo que sí es verdad, es que las cigüeñas son aves muy maternales, que cuidan mucho a sus crías, preparando los nidos durante años con mucha dedicación. Ese instinto maternal hace que las cigüeñas sientan un cariño especial por las mujeres embarazadas y los bebés, visitándolas a menudo y cuidando de ellas en los momentos más difíciles.

Nadie sabe explicar por qué, pero desde que las cigüeñas desaparecieron de Villalegre, ya no han vuelto a nacer niños en el pueblo. Puede que sea sólo casualidad, o puede que se enfadaron tanto porque habían destrozado los nidos que habían hecho con tanto cariño que nunca nadie volvió a proteger a las mujeres y los bebés de Villalegre, y poco a poco el pueblo fue envejeciendo, perdiendo las risas que un día hicieron honor a su nombre.

Ante la duda, niños, cuando veáis un nido de cigüeñas, recordad que posiblemente dentro haya unos polluelos a los que sus mamás cuidan cada día con el mismo cariño con el que vuestros papás o mamás os están leyendo ahora este cuento.



11 comentarios:

  1. Jo, qué bonita!
    Precisamente hoy he visto una bandada de cigüeñas que (atención) no se dirigían al sur. Mi mujer me ha explicado lo que tú aquí, que ya no van a África porque aquí no hace tanto frío... ¡Casualidades! jeje
    Me ha encantado Miri. Ya tengo historia para contarle a mis sobris ;)

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  2. ¿Sabes algo? Teniendo en cuenta que ultimamente y sobre todo este año, han venido al mundo varios pequeñuelos de muchos amig@s, y quedan otros cuantos por venir en el 2013, será un placer recomendarles tu lugar para que empiecen a leer cuentos.

    Sobre esta historia y las cigüeñas, ahora cada vez que vea una, no podré menos que acordarme de ti. Me ha gustado esa relación de ellas con las madres embarazadas. Me ha parecido muy tierna.

    Un placer Pistachita. De corazón. Muchos besos.

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  3. ¡Preciosa fábula, CuentaCuentos! Cargada de ternura y un cuento de esos que les encantan a los más pequeños antes de irse a dormir. Lo pasaré al ereader para contárselo a los míos.

    ¡Feliz regreso!

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  4. Bueno, los niños no los traeran las cigüeñas (O sí :-P -Hay cosas que aunque inciertas merecen la pena-)pero queda claro que son muy importantes. Que
    se lo digan a los habitantes de Villalegre.

    Tierna historia, bonita manera de transmitir a los niños el valor del respeto por los animales, así como el amor de los adultos hacía sus crías.

    Utilizaré algunos con mi niño y quien sabe si la cigüeña traerá noticias nuevas. ;-)

    Nos leemos cuentacuentos.

    Un abrazo.

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  5. Pero que bonito y tierno tu cuento, original donde los haya, me ha dado hasta pena tener que despedirme de Tomasa una vez acabado el relato, seguro que a mi hermana le encanta esta historia, gracias por compartirla

    bessos wapa!

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  6. Hacía mucho tiempo que no leía un cuento en Cuentacuentos, quiero decir, un cuento de los de antes, de lo que como este están impregnados de aquello que se suele confundir tontamente con cursilería, pero que no es sino la ternura que pasa de generación en generación por cada pueblo, ciudad, o país de este mundo. Algo que sobrevive a cualquier crisis, dinero o guerra, porque siempre habrá una madre, un padre, un voluntario, un abuelo, un niño mayor, alguien que cuente un cuento.

    ¡Enhorabuena!

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  7. ¡Qué bonito y maravilloso cuento! El próximo día que me toque cuidar de mis sobrinas se lo contaré ;)

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  8. Jo, originalidad a más no poder. Estoy segura que a tú niña le van a encantar tus cuentos tanto cómo a nosotros. Es todo ternura.
    Un besazo mama Pistachita!

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  9. Y aquí me tienes con lagrimitas en los ojos. Que historia más tierna, si es que vas a ser una súper mamá CuentaCuentos y si algún día se te acaban o te falta inspiración estaremos por aquí los 'tíos de la red' para echar una mano. Un beso preciosa.

    Nos leemos!

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  10. Me encantas los cuentos para niños. Este me ha gustado mucho, felicidades.
    Mundoyás.

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  11. Precisamente te iba a decir que es un maravilloso cuento infantil. Me encanta que hayas cerrado con ese consejo para los más peques. Por cierto, me gusta mucho la nueva cabecera del blog. Un placer reeencontrarme con tus relatos.

    ¡Felices fiestas!

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